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lunes, 26 de mayo de 2014

Elecciones europeas 2014


¿Para qué sirven unas elecciones? Por supuesto, para elegir a los representantes que habrán de ocupar un determinado escaño y orientar, de esa forma, la política de una determinada institución o un determinado país. Pero también sirven para otras dos cosas: para transmitir a los partidos un mensaje con nuestra valoración de cómo lo están haciendo, y para que la opinión pública sepa qué es lo que el conjunto de la ciudadanía piensa sobre la situación.
Desde ese punto de vista, y como hoy es jornada de reflexión, permítanme que analice los efectos de los distintos tipos de voto.
Abstención
Existe la posibilidad, en primer lugar, de no acudir a votar, lo cual es una postura perfectamente legítima. Pero la pregunta es: ¿sirve para algo la abstención?
Basta con mirar lo que sucedió en las anteriores elecciones europeas para responder a esa pregunta: en 2009, el PP y el PSOE recibieron algo más de 6 millones de votos, mientras que los abstencionistas fueron casi 20 millones. ¿Sirvieron esos 20 millones de abstenciones de algo? ¿Consiguieron algo esos 20 millones de abstencionistas? La respuesta es: esas abstenciones no sirvieron para absolutamente nada.
Con la abstención, renunciamos a elegir a los representantes y los programas electorales que nos parezcan mejores, o menos malos. Y lo que es peor: renunciamos a mandar ningún mensaje. Por ejemplo, no existe manera de diferenciar si uno se ha abstenido porque está descontento, o porque ese día le pillaron de viaje las elecciones y no pudo votar. Es decir, no hay manera de hacer saber al mundo por qué nos hemos abstenido.
En consecuencia, con la abstención,no se influye en el reparto de escaños, ni reciben un mensaje los políticos, ni lo recibe tampoco la opinión pública. El efecto de la abstención sobre el mundo que te rodea es, por tanto, nulo.
Permítanme que les dé un ejemplo. Supongamos que hay 100 electores y que 90 de ellos se abstienen, mientras que los otros 10 votan al Partido Mangante. Entonces el titular de los periódicos al día siguiente sería: "El Partido Mangante arrasa en las elecciones, con un 100% de los votos". Y gracias a ello, el Partido Mangante disfrutaría del poder, y el mensaje que recibiría la opinión pública es que gobierna contando con el apoyo de toda la población.
Voto nulo
Otra opción, cuando uno quiere expresar su descontento, es el voto nulo. Pero el voto nulo tiene exactamente los mismos problemas que la abstención: como el voto nulo no se computa, no influye en los porcentajes de voto ni en los escaños. Tampoco sirve para mandar ningún mensaje a los políticos ni a la opinión pública, porque en el recuento final no hay manera de diferenciar si hemos anulado el voto a propósito o es que somos un poco torpes. Cuando uno introduce en la urna una papeleta con un papel garabateado que pone: "Estoy hasta las narices", los únicos que se enteran son los propios miembros de la mesa electoral. Para eso, quédese usted en su casa, y grite.
Voto en blanco
El voto en blanco es diferente. Al revés de lo que sucede con la abstención o el voto nulo, el voto en blanco sí que influye sobre el porcentaje de voto y sobre los escaños, y sí que manda un mensaje a los políticos y a la opinión pública.
Como el voto en blanco es un voto válido, que sí se contabiliza, hace que baje el porcentaje final de voto de todos los partidos que se presentan. En el ejemplo que pusimos antes, si 90 electores votan en blanco y 10 votan al Partido Mangante, entonces el titular de los periódicos al día siguiente sería: "El Partido Mangante gana las elecciones, con solo un 10% de los votos". Como ven Vds, el mensaje que reciben los partidos y la opinión pública es totalmente distinto que en el caso de la abstención.
El voto en blanco también influye normalmente sobre los escaños, porque en las elecciones generales, autonómicas y locales existen unos umbrales mínimos de voto para obtener escaño. Y cada voto en blanco contribuye a hacer un poco más difícil superar ese umbral mínimo.
Para entenderlo, veamos otro ejemplo. Supongamos que hay 101 electores y que el umbral mínimo de voto para obtener escaño está en el 3%. Supongamos también que 97 electores votan al Partido Mangante y que otros 3 electores votan al Partido Aspirante. Si el último elector, el elector 101, se abstiene o vota nulo, entonces el Partido Aspirante tendría el 3% de los votos válidos y se gana el derecho a conseguir algún escaño. Pero si el elector 101 vota en blanco, entonces el Partido Aspirante quedaría por debajo del 3% del voto válido y todos los escaños se los llevaría el Partido Mangante.
Es decir, normalmente el voto en blanco tiene el efecto indeseado de castigar a los partidos más pequeños y beneficiar por tanto a los mayoritarios, en términos de escaños. Sin embargo, EN LAS ELECCIONES EUROPEAS NO HAY UMBRAL MÍNIMO DE VOTO, por lo que el voto en blanco en estas elecciones no le da ni le quita escaños a nadie. Y constituye una buena manera de transmitir el mensaje de que no hay nadie que nos convenza.
Conclusiones
Lo mejor, en cualquier elección, es que se hagan ustedes oír, para bien o para mal. Si ustedes creen que un gobernante lo está haciendo bien, díganselo dándole su voto. Si creen que lo está haciendo mal, díganselo también, votando a otras formaciones. Si ustedes votan por algún partido, sea el que sea, tanto los partidos como la opinión pública recibirán el mensaje. Y tendrá usted la posibilidad de influir sobre el mundo que le rodea.
Pero si están ustedes muy hartos o desilusionados, o si no hay ninguna formación política que les convenza, entonces vayan a votar y voten en blanco. Porque es la única manera de que los partidos y la opinión pública reciban el mensaje de que usted está hasta las narices.
Si deciden ustedes, por el contrario, abstenerse o votar nulo, estarán en su derecho de hacerlo, por supuesto. Pero sean conscientes de que nadie recibirá entonces el mensaje de que están ustedes hartos.
Extrema Derecha
Con la crisis, más personas están siguiendo a partidos neonazis y de extrema derecha (aunque en España no tengan mucha fuerza), y destacan Grecia (  es el paradigma del ascenso de los partidos neonazis en el seno de la Unión), Hungría y Francia, aunque también se unen a este tipo de partidos Noruega, Letonia, Austria, Chipre, Bulgaria, Croacia, Finlandia, Dinamarca, Italia, Suiza y el Reino Unido.



- Seguir leyendo: http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/voto-blanco-voto-nulo-y-abstencion-12989/

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