Vistas de página en total

viernes, 29 de noviembre de 2013

Etiquetas.

  Párate a pensar por un momento. ¿A cuántas personas, a las que apenas conoces, le pones una etiqueta, un nombre, y la consideras así para siempre? No nos gustan que nos pongan etiquetas; es algo que odiamos. ¿Por qué me clasificas así, cuando yo no soy de esa forma? Pero después, inconscientemente, nosotros las ponemos. Si ves a una persona vestida de negro por la calle, ya es un gótico o emo; si va con un vestido rosa, es una  pija o cursi; si juega a videojuegos es friki... No podemos etiquetar a las personas, y menos por cosas así, porque no por llevar ropa negra serás gótico, o jugar a videojuegos te hará friki. Además, estas etiquetas solemos ponerlas para clasificar a las personas en grupos. "Allí está el grupo de los góticos, yo no me acerco." Pero estas clasificaciones que hacemos, no son malas ni buenas. Todos somos iguales. Todos somos personas. Muchas veces rechazamos a personas por la etiqueta que tienen, ya que no tienen buena fama. Después, un día las conocemos, y nos asombramos. La cuestión es, ¿por qué iban a ser malas personas? Ese es otro motivo por el cual están mal las etiquetas; nosotros no queremos conocer a personas con etiquetas distintas, de diferentes grupos, pensando que son malas, o aburridas o cualquier otra cosa, cuando cada persona es totalmente distinta, independientemente de su forma de vestir, hablar, gustos... También, etiquetamos a la gente respecto a su físico, e incluso hay personas que no quieren juntarse con otras porque éstas no sean "bellas"; ahí realmente se muestra lo superficiales que somos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario